Terapia Adultos

Las fases de las que consta todo tratamiento son:

Evaluación. En esta fase es donde se recopilan todos los datos necesarios para saber qué le pasa al paciente, cuál es su problema y por qué le ocurre. Esto se consigue mediante varios métodos de evaluación, como la entrevista, cuestionarios o autorregistros. Esto nos ocuparía entre dos y tres sesiones.
Explicación de hipótesis. Es en esta fase, que sólo consta de una única sesión, cuando se le explica al paciente cómo se originó su problema, y sobre todo, por qué se mantiene en el tiempo. También se le comunica al paciente cuál será el tratamiento a seguir.
Terapia. Es aquí donde empezaremos a trabajar siguiendo la linea de tratamiento pre-establecida, entrenando al paciente en las diferentes técnicas y estrategias más adecuadas para cada problema. Las sesiones son semanales y tienen una duración de una hora.
Seguimiento. Cuando el paciente ya puede manejarse por sí mismo en su día a día, pasamos a esta fase, donde el contacto desvanece gradualmente y las sesiones se alargan en el tiempo, pudiendo ser físicamente o incluso por teléfono.

Problemas a tratar:

Estrés: proceso que se pone en marcha cuando una persona percibe una situación o acontecimiento como amenazante o desbordante de sus recursos. Cuando esto pasa, hay un sinfín de respuestas en nuestro organismo: sentimos un aumento de la tasa cardíaca, de la actividad respiratoria, temblores, ansiedad, insomnio…

Ansiedad generalizada: excesiva preocupación por temas cotidianos, que para el que lo sufre, se vive de una manera exagerada y son incontrolables. Problemas como la salud de sus seres queridos, la economía, trabajo…

Depresión: estado de tristeza, estado de ánimo bajo, falta de apetito, cansancio, en el cual es habitual que la persona emplee mucho tiempo llorando. Los pensamientos se centran en la culpabilidad, en no ver soluciones…y el pesimismo va impregnando toda la vida de la persona. Puede haber ideas de suicidio.

Pánico: súbita y repentina subida de ansiedad, acompañada de taquicardia, mareo, opresión en el pecho, calor, etc. y con un miedo intenso a morir, a desmayarse o a volverse loco.

Agorafobia: a partir de los ataques de pánico, se desarrolla la agorafobia, que es el miedo a sufrir uno de estos ataques en un lugar público, del cual le sea difícil escapar, no es fácil recibir ayuda o podría ser una situación embarazosa para la persona.

Trastorno obsesivo compulsivo: regido por las obsesiones que experimenta el paciente y las compulsiones que realiza. Las obsesiones son pensamientos de tipo involuntario, intrusivo, que se mete en la cabeza de la persona y que provoca emociones negativas como asco, ansiedad, culpabilidad… las compulsiones son conductas voluntarias que la persona se ve obligada a hacer para eliminar el malestar creado por la obsesión.

Las obsesiones pueden ser de varios tipos: comprobación, limpieza, orden, repetición, acumulación, violencia, sexo…

Estrés postraumático: se origina al haber sufrido un acontecimiento traumático (accidente, atentado, asalto, violación…). Se sufren de forma recurrente flashbacks, o imágenes donde se reexperimentan escenas del trauma, y recuerdos de la situación traumática. Todo esto genera un fuerte estrés, agotamiento, emociones intentas y pensamientos irracionales.

Hipocondría: alta convicción de padecer una enfermedad grave o potencialmente mortal. Se realizan muchas conductas de control y reaseguración, como repetidas visitas al médico, consultar webs médicas, vigilar los síntomas…

Fobia social: miedo intenso a situaciones sociales por temor a hacer el ridículo o ser rechazado. Cuando se encuentra en esas situaciones, existe una gran preocupación por ser el centro de atención, por que se les note nerviosos o por el posible escrutinio de los demás. Su vida social se ve muy deteriorada.

Fobia específica: miedo desmesurado a animales, como pájaros, insectos, perros; a las alturas, ascensores, lugares cerrados, sangre…etc.

Enfado patológico: enfado desproporcionado, intenso y duradero. La persona no logra controlarse y reacciona de una manera demasiado agresiva y desafiante.

Celos: malestar causado por la sospecha o temor de que la persona querida le está engañando. Esto propicia emociones como enfado, tristeza, agresividad…e interfiere en la vida de la persona y de la pareja como tal.

Problemas sexuales: en los hombres: eyaculación precoz, falta de deseo, impotencia… En las mujeres: dificultad para llegar al orgasmo, vaginismo, falta de deseo…

Trastornos de personalidad: patrón permanente e inflexible de comportamiento que se va desarrollando desde la infancia de la persona. Las personas aprenden a ver el mundo de una forma anómala y disfuncional. Tipos: límite, narcisita, histriónico, obsesivo-compulsivo, de evitación, dependiente…

Problemas de alimentación: obesidad: la persona ha aprendido a comer en exceso y ahora no puede parar.
Trastorno por atracón: ingestas puntuales y masivas de comidas que dañan la salud física y psicológica de la persona.

Bulimia y anorexia: con un elemento común: la fobia a estar gordos. En la anorexia, la dieta es mucho más estricta y el peso corporal llega a límites muy peligrosos. En la bulimia, lo característico es que haya un patrón de atracones y vómitos.

Trastorno bipolar: en el cual se alternan la fase depresiva, donde la persona se encuentra triste y desolado, y la fase hipo o maníaca, donde la persona se muestra eufórica y alegre.

Esquizofrenia: sus dos rasgos característicos serían las alucinaciones y los delirios. También puede aparecer un comportamiento desorganizado, aislamiento social, etc. Se da una clara pérdida del contacto con la realidad.

Adicciones: éstas serían de modo general, las adicciones al alcohol, drogas, pastillas…

Adicciones no químicas: al juego patológico, al sexo, al móvil, al deporte, a las compras… La persona siente que no tiene control sobre este tipo de conductas, y cuando sufre alguna emoción negativa, la elimina con su adicción.

Parafilias: fantasías sexuales, impulsos o comportamientos sexuales hacia situaciones que se salen de la normalidad. Estaría incluido el exhibicionismo, voyeurismo, froteurismo, pedofilia, fetichismo, sadismo y masoquismo.